En la obra del valenciano
Vives (1494-Brujas, 1540), amigo de Erasmo (a quien conoció en la universidad
de Lovaina), de Tomás Moro y de Buclé, podemos ver representadas todas
las actitudes características del Renacimiento: crítica de la autoridad,
preocupación por el hombre, vuelta a las fuentes clásicas, atención
a la observación y la experiencia, curiosidad por las novedades, culto
al trabajo y al espíritu productivo, sano y ponderado utilitarismo,
profunda religiosidad intimista...
Menéndez Pelayo dijo de él: "Dos o tres nombres
hay que compitan con el suyo en la historia de la Ciencia española;
no hay ninguno que le supere". Por su De anima et vita(1538)
ha sido considerado el padre de la psicología moderna y un antecedente
clarísimo de Francis Bacon y René Descartes. Especialmente notable -a
nuestro juicio- sur su estudio sobre las pasiones -affectus-, al que
dedica el libro III de su Tratado sobre el alma y la vida.
El erudito santanderino describe así su estilo filosófico:
"Es el estilo de los tratados de Vives algo
duro, pero sobrio, preciso, grave y notable por la claridad, corrección
y limpieza... La cualidad capital de su entendimiento era el juicio.
Y este juicio claro, penetrante y agudo, descuella no sólo en sus obras
filosóficas y de educación, que son sin duda las principales, sino en
algunas más literarias... donde sabiamente comprendió lo más útil de
los retóricos antiguos, y en algunos libros morales escritos con primorosa
delicadeza" (Menéndez Pelayo).
Vives fue un humanista brillante, profundo y contenido. Su vida se ha
hecho modelo de universalidad y profundidad. Todo lo que escribió lo
dejó en latín: unos sesenta títulos. Ha de reconocerse su labor como
filólogo. Pero es, sobre todo, un pedagogo, un psicólogo, un pensador
religioso y un moralista. También son apreciables sus tres libros de
Retórica (Rethoricae sive de recte rationes dicendi, 1532), cuyas
innovaciones preludian las modernas preceptivas. Como pedagogo, reaccionó
contra los métodos escolásticos y la dialéctica especulativa de los
profesores de la Sorbona, en la que estudió (1509-1512), e insistió
en que la enseñanza debe realizarse de acuerdo con la personalidad y
naturaleza del alumno.
Lo importante en Vives es su preocupación por aquellos aspectos más
inmediatos de la realidad humana, con un profundo conocimiento del hombre
y de su historia.
Necesidades superfluas e insatisfacción
He aquí un ejemplo de la sabiduría de Vives, un texto muy interesante
para aplicar en la crítica de los excesos consumistas de la sociedad
actual:
«Las cosas de que tenemos necesidad, la naturaleza
nos las muestra, y enseña que son muy pocas y puestas a la mano, que
fácilmente se alcanzan. La necedad o falta del entendimiento inventa
cosas sobradas y superfluas, que son infinitas y que con gran trabajo
se han. La naturaleza, si le das lo que ella tiene menester, como en
cosa suya se huelga y se recrea y se esfuerza; con lo sobrado se enflaquece
y aflige, como en cosa que ni es suya, ni le arma.
El desordenado apetito, que procede de poco saber y de falsas opiniones,
no se harta ni hinche con las cosas necesarias; y las superfluas antes
le anegan que le satisfagan.»
Juan Luis Vives. Introducción a la sabiduría, traducida en castellano
por Diego de Astudillo, Brujas, MDXLVI. Cap. IV.
José Biedma
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